En un par de años, Portugal tendrá ya cubiertas todas sus necesidades de aceite de oliva, para consumo interno y para exportación, al alcanzar una producción anual de 90.000 toneladas, más del doble de la prevista este año. Y el capital español tuvo, tiene y tendrá mucho que ver en este gran salto y que lo será también del punto de vista cualitativo: durante los últimos años, inversores españoles como el grupo agro alimentar Bogaris (Sevilla) compraron y plantaron miles de hectáreas de campos de olivos en la región del Alentejo, para producir en Portugal "el mejor aceite del mundo". Pese a haber sido frenada por la crisis, ésta y muchas otras fuertes apuestas españolas en el país vecino contrastan con el clima anti-español fomentado por la derecha en medio de la campaña electoral. Un clima que incluso pretende paralizar la construcción del AVE Madrid-Lisboa.
Como muestra un botón. La líder del Partido Social Demócrata (PSD), Manuela Ferreira Leite, piensa ganar las elecciones generales del 27 de setiembre utilizando la presunta "impopularidad" del futuro AVE Madrid-Lisboa contra el primer ministro socialista José Sócrates, que defiende el proyecto -asegura que Zapatero es "el mejor amigo" de Portugal- y es muy favorable a la llegada de capital español a la industria y servicios del país.
Prácticamente, en estos momentos, toda la inversión española dirigida hacia la producción de aceite de oliva luso -y que según los responsables del sector, alcanzó los últimos años "muchas decenas de millones de euros"-, está concentrada en las tierras más soleadas y fértiles del Alentejo, aquellas situadas en torno del Alqueva, que es el mayor lago artificial de Europa (250 Kms2), situado en la bacía del Guadiana , y cuya agua llega hoy a 110.000 hectáreas ya prácticamente cubiertas de olivos, en lugar pues de los cereales tradicionales.
Así, a falta de datos oficiales, los expertos del sector calculan que más de la mitad de las 40.000 hectáreas de olivos plantados en la región al abrigo de la Agenda 2000 y de las 20.000 en proyecto o en desarrollo son hoy propiedad española.
Además de la compra de grades fincas como la Herdade de Sobrado (1.300 hectáreas), adquirida por Bogaris, los inversores españoles también aportaran a Portugal su "know how". Lo que más sorprendió los agricultores y olivareros lusos, fue ver que las variedades de olivos plantadas por los españoles inician sus ciclos de producción a los 2,5/3 años de la plantación, frente a los 25/30 años habituales hasta entonces en el Alentejo. Así, ante el fuerte incremento de la producción y de la calidad del aceite "alentejano", el capital luso no se hizo rogar para seguir el ejemplo del español, apostando también fuerte en el Alentejo.
Ocurre además que la crisis económica y financiera mundial en general y la crisis del sector inmobiliario español en particular, están cambiando el panorama. O eso dicen inversores lusos como Cortes de Lobão, que hablan de miles y miles de hectáreas de campos de olivo en venta: fueran comprados o plantados por inversores españoles que hicieran fortuna en el sector de la construcción, y que tras la explosión de la bolla inmobiliaria se han visto forzados a liquidar sus activos en tierras lusas, para tener mayor liquidez y para hacer frente a la nueva situación.
Bogaris es uno de ellos. Llegó a Portugal al inicio de la década, haciéndose rápidamente con unas 1.300 hectáreas de campos de olivos, y sin el "cambio estratégico" provocado por la crisis y que condujo a la venta de la Herdade de Sobrado situada en la zona de Ferreira do Alentejo, el grupo agro alimentar andaluz tenía previsto alcanzar pronto las 5.000 hectáreas en explotación.
Lo cierto es que las agencias inmobiliarias de la región tienen listas interminables de fincas en venta, y muchas de ellas - las más importantes - son propiedad de españoles que intentan recuperar la inversión realizada por un "cambio de estrategia" (es la versión de Bogaris) o para mantenerse a flote. "Es la ley del mercado", constata el ministro de la Agricultura Jaime Silva, pero haciendo hincapié en que el sector está "agradecido" al capital español, porque trajo innovación, creó empleo y hará con que la producción nacional de aceite de oliva cubrirá pronto todas las necesidades del país, para consumo interno y para exportación.
Pese a todo ello, son muchos los portugueses que miran todavía la inversión española no tanto como una fuente de riqueza, de empleo y de innovación, sino más como una "amenaza" para el país. Principalmente, cuando hay elecciones y salen a la calle los dirigentes políticos con discursos nacionalistas y populistas, que es lo que pasa ahora con la ex -"dama de hierro" de las Finanzas lusas, Manuela Ferreira Leite: de cara a las legislativas del 27 de Setiembre, y para recuperar la mayoría perdida en el 2005, la líder del PSD piensa haber encontrado un filón de votos en la presunta impopularidad del AVE Lisboa-Madrid previsto para el 2013, denunciando que el proyecto solo sirve los intereses españoles, a cuya defensa asocia el primer ministro socialista José Sócrates... amigo de Zapatero y de la inversión española.
Fuente: capitalmadrid.info
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