Un kilo de aceite cuesta de producir 1,35 euros con sistemas totalmente mecanizados y 2,5 con el procedimiento habitual.
A diario vemos superofertas de aceite virgen de oliva en los supermercados, a precios de 2-3 euros el litro, más baratos que bastantes años atrás. El consumidor se ve beneficiado, naturalmente, pero el productor, al menos el agricultor tradicional, se ve abocado a la ruina, puesto que con lo que le queda de esas cotizaciones tan bajas pierde dinero, lo que conduce fácilmente al abandono del cultivo, como ya sucede en muchas zonas de olivar tradicional de la Comunitat Valenciana, donde comprar el aceite es más barato que cultivar y recolectar las olivas para tener producción propia.
La preocupación alcanza ya a todas las regiones olivareras, especialmente en Andalucía, donde existen muchos pueblos cuya economía depende mayoritariamente del olivar. Por eso, la organización agraria COAG ha pedido a las Administraciones que investiguen las causas que motivan la bajada de los precios del aceite de oliva, a pesar de que la pérdida de parte de cosecha por el temporal y la existencia de pocas existencias de enlace entre una campaña y otra debería originar su subida.
COAG de Jaén ve muy extraño que, pese a la paralización de la campaña de recolección durante más de un mes debido a las lluvias, y a las pérdidas de producción de hasta un 20%, el precio del aceite siga por el suelo.
¿Qué está ocurriendo para que se dé esta situación aparentemente paradójica que no entienden los agricultores? Probablemente, gran parte de la culpa del abaratamiento de los precios del aceite de oliva se encuentra en el 'boom' que está teniendo en los últimos años la plantación de nuevos olivares en régimen superintensivo, en palmeta o en espaldera, como ocurre en el caso de las viñas.
Las nuevas fincas plantadas de esta manera, que tienen entre mil y dos mil árboles por hectárea, se mecanizan casi en su totalidad, incluida la recolección, que es la tarea más costosa por absorber la mayor cantidad de mano de obra.
Son plantaciones diseñadas para rentabilizar pronto las inversiones. Al tercer año ya se recolectan cantidades apreciables, y a los cinco o seis pueden alcanzarse los 10.000 kilos de olivas por hectárea. En algunos casos se llega a superar los 20.000.
Según las empresas especializadas en la materia, que se hacen cargo de toda la tecnología (plantones, preparación del terreno, riego localizado, divulgación de las mejores prácticas de poda, fertilización, etc.), el coste medio de producción es de 1,35 euros por kilo de aceite, mientras que en el olivar convencional es de 2,5 euros.
Esa diferencia permite ofrecer precios de venta más baratos en grandes explotaciones, que se rigen además con criterios empresariales y de competitividad a ultranza. Y el tema irá a más, porque crece el interés por el olivar intensivo, y no sólo en España, sino en Portugal y en países del Magreb y América.
Fuente: lasprovincias.es
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