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martes, 25 de junio de 2013

España crea un nuevo mapa agrario para proteger el olivar

Difícil papeleta para España. Mañana llegan las delegaciones de los 27 países a Luxemburgo con la idea de cerrar un acuerdo para la Política Agraria Común (PAC). Los ministros lo harán un día después. El equipo de Miguel Arias Cañete lleva una propuesta muy ambiciosa e interesante para Jaén.

España, Francia e Irlanda hacen un frente común. Portugal, Italia, Polonia y Malta las apoyan en cuestiones puntuales. Holanda, Gran Bretaña, Alemania y los países nórdicos —Suecia, Dinamarca, Finlandia o Noruega— no están por la labor. Y hay que llegar a un acuerdo. El comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, lo tiene muy claro: “Haré lo posible por cerrar un acuerdo antes de final de mes”. Los 27 países acuden a Luxemburgo con la idea de rematar la PAC. Suena lejano, pero las ayudas y las reglas para el mercado de 105.000 agricultores y ganaderos de Jaén dependerán hasta 2020 de lo que allí se acuerde. Esta tierra se la juega.

El olivar, como siempre, es el cultivo que más necesidad tiene de un buen acuerdo. España tiene un plan claro para que Jaén y el resto de provincias españolas no pierdan dinero o, dicho de otra forma, no se produzcan trasvases de fondos entre territorios y cultivos. Cuenta con el respaldo de las comunidades autónomas. En cambio, necesita el visto bueno de la Comisión Europea y del Consejo de Ministros de Europa. En Luxemburgo, durante el lunes y el martes, está la clave. No obstante, mañana los técnicos de las delegaciones comienzan los primeros contactos. La secretaria general de Agricultura, Isabel García Tejerina, dirigirá las conversaciones de España. La idea es que el lunes, cuando llegan los ministros, las alianzas estén bastante avanzadas.

Jaén recibe alrededor de 423 millones de euros en fondos de la Política Agraria Comunitaria (PAC) y no quiere renunciar a un solo céntimo. No obstante, el ministro Miguel Arias Cañete ya dijo en Expoliva que las ayudas variarán porque es imposible que cada perceptor reciba el mismo dinero porque el sistema de reparto cambia de pies a cabeza. Hay una revolución total y los pilares no favorecen.

El bloque España, Francia e Irlanda quiere que se cierre el acuerdo. La Comisión Europea también lo ve igual, por lo que puede llegar la “fumata blanca”. Irlanda ocupa la presidencia ahora y se presume una negociación más favorable para la agricultura mediterránea. En cambio, a partir del 1 de julio Lituania coge el mando, lo que podría perjudicar la idea española.

Las bases de la pac. La propuesta de la Comisión Europea pretende desacoplar las ayudas o, lo que es lo mismo, no vincularlas a la producción e incentivar la actividad y eliminar los derechos históricos, que son los que han dado —hasta ahora— un escenario favorable a Jaén en relación con el resto.

España lleva casi dos años con la calculadora en la mano para ver la manera de cumplir con la Comisión y, a la par, mantener un sistema de ayudas muy similar al actual. No es nada sencillo porque conllevaría que mucho dinero que llega a Jaén se marchara hacia otras tierras y cultivos. No obstante, presentará un plan en Luxemburgo que busca el visto bueno de los 27 ministros y de la Comisión Europea. Si no lo saca adelante, el escenario será difícil. De ahí que se la juega.

Fuentes del Ministerio explican que se pondrá encima de la mesa un innovador mapa agrario que establecerá nuevas regiones. El sistema de ayudas se complica de manera asombrosa, pero busca llegar a un nivel de apoyo similar al actual. Los derechos históricos individuales de cada agricultor desaparecen y las subvenciones llegarán de otra manera muy diferente. España ha dividido el mapa geográfico en comarcas y le salen más de 1.000. Lógicamente, así no se puede establecer un sistema de reparto de fondos. No obstante, da un paso más y comienza a agrupar territorios similares en cultivos, producción y niveles de apoyo. Por ejemplo, une la comarca de Las Villas con la zona olivarera productiva de Sevilla —no es un caso real, sino que sirve en forma de explicación—. El Ministerio no busca coincidencias geográficas, sino agrícolas. Así, llevará entre 35 y 45 regiones, que tendrán un nivel similar de apoyo en el nuevo panorama de Europa.

De esta manera, cada productor —en el caso de Jaén— tendrá que mirar en qué región se le ha ubicado porque contarán con un régimen bien distinto. De hecho, se regularán según las ayudas individuales que reciben las personas que viven allí, las comarcas territoriales y el tipo de cultivo. De esta manera, Europa quiere evitar el uso indebido de los derechos, que no paran de echárselo en cara a España en cada negociación. El Ministerio de Agricultura lleva este plan desde la premisa de que el campo español es muy variado y una tasa plana —la idea de la Comisión— destruiría esta singularidad y riqueza y pondría en peligro a miles de productores y explotaciones.

De hecho, la tasa planta resulta sencilla de aplicar en los países del norte porque tienen una agricultura con pocos cultivos y singularidades. En cambio, en el sur sería una auténtica catástrofe. La Comisión no quiere una regionalización de la PAC, pero el equipo de Miguel Arias Cañete tendrá que pelear para que se reconozcan estas regiones dentro del nuevo sistema de la UE. Este es el principal “caballo de batalla” de España en Luxemburgo.

otros temas pendientes. Jaén también está amenazada por la entrada de nuevas hectáreas, lo que haría que hubiera “más bocas” para la misma “tarta” y, consecuentemente, un recorte generalizado. Ahora existen 38 millones de hectáreas susceptibles a recoger fondos. En cambio, parece que está casi consensuada la propuesta de Irlanda —como presidenta de la UE—, que favorece a España. Consiste en que entre el 145% de las declaradas en 2011 y, tal vez, no lo harían en las mismas circunstancias que las que tienen derechos hasta ahora, sino con un cobro progresivo. De esta manera, serían 22,3 millones, lo que conllevaría pocas más de las que hay en la actualidad. Sería otro punto crítico salvado.

Queda el “Pago verde”, que es el compromiso ambiental del agricultor. La Comisión pide rotación de 3 cultivos, pero esto en el olivar resulta imposible. No se pueden sembrar melones u otra cosa en mitad del cultivo. España lo peleó y ha conseguido que los cultivos permanentes —como el caso del olivo— cumplan con el “Pago verde” de por sí. Solo está la condición de que no pueden albergar más de 250 árboles por hectárea. De esta forma, solo quedaría fuera el 95% del olivar de la provincia o, dicho de otro modo, los superintesivos. No obstante, estos sí que pueden agarrar el “Pago verde” si siembran otras cosas en la misma finca.

Por ello, las nuevas ayudas se regularán con un 55 o 60% en pagos directos —España quiere que sea por regiones—, un 30% de “Pago verde”, entre un 13 y 15% acoplada a la producción y el resto como apoyo para jóvenes y pequeños agricultores. El Ministerio acude con la idea de sacar hacia adelante esta propuesta. De hecho, tiene mucho avanzado. Habrá que ver cómo se articula y se realiza el reparto. Nadie cobrará igual, pero se busca que exista poca diferencia con lo que había. La negociación será muy dura.

Fuente: diariojaen.es

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