El descubrimiento, de investigadores granadinos, permitirá utilizar las más de 33.000 toneladas de alpeorujo que genera el olivar de Almería como abono.
Los productores de aceite de oliva almerienses están de enhorabuena por partida doble. Los residuos procedentes de la obtención de su oro líquido dejarán de ser tóxicos, además de que podrán ser empleados y reinsertados en la tierra, como abono para cultivos.
Un estudio de dos investigadoras de la Estación Experimental del Zaidín, organismo dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha permitido demostrar que se puede eliminar la toxicidad del alpeorujo sobre las plantas y utilizar como abono orgánico, completamente natural, los residuos que se generan procedentes de este proceso industrial.
Matemáticamente, está demostrado que alrededor del 80% de la aceituna se convierte en residuo, mientras que sólo se convierte en aceite el 20% restante. Sólo en Almería, como consecuencia de esta tarea, la veintena de almazaras que trabajan en la provincia cultiva una media de 42.000 toneladas de aceituna al año, lo que supone que debe gestionar algo más de 33.000 toneladas de residuos.
En toda la Comunidad Autónoma andaluza, la cifra de residuos asciende a unos cuatro millones de toneladas, lo que da idea de la importancia del descubrimiento.
El residuo principal que se genera en la actualidad de la extracción del aceite se conoce con el nombre de alpeorujo (alpechín y orujo), como consecuencia del sistema de centrifugación que se ha implantado para separar el aceite de los desechos que le acompañan.
Cuando las aceitunas son recolectadas, se transportan hasta la almazara donde se lleva a cabo un proceso de limpieza con aire y agua. Una vez limpio, el fruto pasa a la zona de molienda. Este paso tiene como fin la rotura de los tejidos donde se aloja la materia oleosa de las aceitunas. Después, se bate para finalmente pasar la masa que se obtiene al proceso de extracción del aceite.
Fuente: elalmeria.es
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