La Dieta Mediterránea está en el examen final de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura —que se conoce internacionalmente con las siglas Unesco— para que sea declarada Patrimonio de la Humanidad Inmaterial. La fundación que capitanea el proyecto lleva más de dos años de duro trabajo para explicar por qué se ha de proteger este tipo de alimentación.
Ya sólo queda esperar a que llegue el “sí”. El Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco ha fijado el 15 de noviembre como la fecha clave para la dieta del aceite de oliva, ya que habrá un grupo de “sabios” que decidirá si le otorgan la máxima figura de protección y reconocimiento mundial. La reunión comienza esa jornada y se clausurará el 19. Por ello, habrá cinco días de debate y deliberación para dictaminar si las candidaturas que han recibido para obtener este galardón tienen las singularidades dignas del reconocimiento y se han argumentado de manera correcta. El Ministerio de Medio Rural del Gobierno de España trabajó con la previsión de que la decisión se tomaría a finales de septiembre. Sin embargo, el encuentro se realizará en Nairobi (Kenia) y este país ha pedido que se retrase hasta noviembre para poder ultimar los detalles de la cita.
La candidatura de la Dieta Mediterránea tiene un peso tremendo en este comité, que está integrado por expertos de 24 países. Se debe a que se trata de la manera de alimentarse más popular en el mundo, lo que ya le da cierta ventaja. Pero, además, el proyecto lo presentan cuatro países diferentes, lo que hace que sea más fácil encontrar alianzas para la designación. España, Italia, Grecia y Marruecos llevan conjuntamente la candidatura y responden a partes iguales. Se hace gracias a una buena coordinación entre los ministerios de Agricultura y Cultura de los cuatro Estados mediterráneos.
la argumentación.
La propuesta que tiene la Unesco se resume en un dossier de 50 páginas y con un documental en formato dvd que muestra la esencia de la alimentación de los pueblos del Mediterráneo. No obstante, se añade una colección de libros científicos que justifican la vinculación histórica, el impacto en la gente y los beneficios que tiene para la salud. Además, se hace bajo los parámetros de una triada de alimentos que se consideran “sagrados” en el propio informe, como son el aceite de oliva, el pan —aunque se hace más extensible hacia los cereales en algunos capítulos— y el vino. Precisamente, este último necesitó consenso entre los países que presentaban la candidatura, ya que Italia, Grecia y España no mostraban problema alguno, pero Marruecos sí. Se debía a motivos religiosos. No obstante, la fundación realizó el matiz de que el vino no es compatible con la religión musulmana, por lo que se aclaró que no era común en zonas del Norte de África. Sin embargo, la Fundación de la Dieta Mediterránea destaca que se hizo con mucho consenso.
El vicepresidente de la Fundación, Francisco Sensat —que es un viejo conocido del sector oleícola jiennense porque estuvo al frente de la Asociación de Exportadores de Aceite de Oliva (Asoliva) durante 27 años—, dice que son muy optimistas. “Se ha hecho un buen trabajo y contamos con el respaldo y el consenso de cuatro países. La Unesco ha recibido el informe y no ha puesto pega alguna. Si hubiera algún problema, seguro que lo habrían comunicado. Por ello, creo que tenemos un 99% de esperanzas y, también, posibilidades de conseguirlo”, manifiesta.
Obtener la distinción de Patrimonio de la Humanidad será un reconocimiento a la agricultura, a la conservación ambiental, a los municipios rurales, a la forma de cocinar los alimentos y de comerlos. Por ello, los gobiernos se comprometerán a protegerlos. Existen miles de adhesiones particulares y de empresas y colectivos —una de ellas es Diario JAEN— y se han celebrado decenas de actos de apoyo, como el que se organizó en Expoliva el 14 de mayo de 2009. Ahora, sólo queda esperar a que llegue el “sí”.
Fuente: diariojaen.es
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